El control policial y cierre de algunos pasos de la frontera pirenaico-atlántica natural del Bidasoa que impuso Francia en verano del 2018, para evitar la entrada de los inmigrantes en tránsito hacia el resto de países europeos, provocó 10 muertes en un año.
Siete personas fallecieron desde abril de 2021 ahogadas en las aguas del río Bidasoa entre Irun y Hendaia, y otras tres perdieron la vida en octubre de 2021 arrolladas por un tren en Ziburu.